Pablo Casado se dirige a los suyos reunidos en pleno, y ante la duda, reconoce la legitimidad del Gobierno Sánchez aunque ha puntualizado. "El PP reconoce la legitimidad de un Gobierno investido en las Cortes, pero no por ello podemos dejar de denunciar que es muy perjudicial para los intereses de España".

En este contexto, ha reivindicado su papel como líder de la oposición y ha prometido una oposición "firme" y "centrada". "Yo no voy a liderar un PP ni desestabilizador ni bronco ni que pierda de vista sus obligaciones institucionales", ha dicho tajante.

Y promete "reformismo de alta intensidad", al tiempo que advierte: "No hay moderación alguna en negar la realidad y en ignorar los hechos. Cuando dicen que no nos crispemos pretenden que nos rindamos a este gobierno radical".

También ha dejado claro que "no hay un Partido Popular duro y un Partido Popular blando. Hay un Partido Popular". Y se dirige así directamente a sus barones: no es momento de divisiones. "Lo peor que podemos hacer en este momento es asumir las divisiones que se nos quieran crear por razones nada difíciles de comprender, ni mas ni menos que neutralizarnos como oposición", ha reconocido.

Por otro lado, Casado ha hecho una llamada a reagrupar a los que llama constitucionalistas, pero lanza este mensaje a Vox: "Nosotros no tenemos vocación de minoría indomable, tenemos ambición de mayoría imbatible, porque la política no consiste en gritar muy fuerte sino en llegar muy lejos haciendo mucho". Porque el Partido Popular, dice, es un partido con vocación de Gobierno.