Con un agujero de un millón de euros han dejado a la Comunidad de Madrid los organizadores de la Jornada Mundial de la Juventud. Compraron más de medio millón de abonos a precio de saldo con un descuento que rondaba el 80% del importe y aun así queda dinero por pagar.

La consejería de Deporte que ha reclamado la deuda insiste en que seguirán este tipo de ayudas: “Siempre vamos a facilitar este tipo de eventos y siempre estamos abiertos a las peticiones por parte de las grandes organizaciones siempre que sumen y generen ingresos adicionales” afirma Pablo Cavero, consejero de Transportes.

La oposición denuncia la falta de transparencia. Según el Partido Socialista madrileño es el evento privado que más financiación ha recibido de la comunidad. Aseguran que no pueden controlar las cuentas y que las cifras que da el Gobierno de Madrid son maquillaje. Hasta en cinco ocasiones han pedido en el Parlamento autonómico conocer que cantidad aportó la comunidad.

Una deuda que en la visita del papa a Valencia tardó en pagarse ocho años. De ella, casi la mitad la asumió la Generalitat por lo que al final la terminaron pagando los ciudadanos.