Rosa María por fin cumple lo que nadie más de su familia ha podido: encontrar los restos de su abuelo fusilado durante el franquismo. "Soy nieta única. Soy la única, es cosa mía, todo depende de mí".

A ratos sentada, a ratos charlando con los forenses que llevan a cabo la exhumación está cada vez más cerca de cerrar una herida abierta hace 80 años. "Del día 7 de mayo de 1940, ese día fusilaron a 10 o 12 mi abuelo fue el primero".

Esta semana se han recuperado otros cuatro cuerpos, incluso con restos de la ropa que llevaban. El equipo de arqueólogos cree que será fácil identificarlos y todo gracias a un gesto de humanidad en plena posguerra.

El enterrador del cementerio, encargado de preparar las zanjas, documentó en los archivos los enterramientos. Además colocó los cuerpos cuidadosamente alineados.

También ayudan, sin duda, los voluntarios como Daniel. Él ya encontró a su abuelo y ahora viaja todos los días desde Valencia a Castellón para ayudar: "Ahora en noviembre que hay otra exhumación en Paterna pues también estaré".

Esta segunda fase de las exhumaciones, financiada totalmente por el Ayuntamiento de Castellón, sigue adelante. Más familias han solicitado la recuperación de los restos de sus ascendientes.

No será fácil ni tampoco rápido. Como demuestra un monumento, son cerca de 1.000 las víctimas de la represión franquista que acabaron en fosas comunes en el cementerio de Castellón.