En poco más de tres días, Pedro Sánchez ya anunciaba los nombres de sus ministros. El miércoles 16 de noviembre arrancaba la investidura del socialista, para cuyas negociaciones necesitó varias semanas. El hasta entonces presidente en funciones y último candidato a ser investido, pasó semanas reuniéndose con las diferentes formaciones para conseguir los votos necesarios que le permitieran seguir en la Moncloa sin necesidad de ir a una segunda votación. La ley de amnistía fue lo que lo consiguió: con este proyecto, sumaba el apoyo de los independentistas que, junto al resto de formaciones, acabaron convirtiendo a Sánchez en presidente.

Después de una primera sesión de debate, llegó la votación de la investidura, en la segunda jornada, que terminó con el resultado esperado: 179 votos a favor, frente a 171 en contra. Ninguna abstención. Tampoco ningún voto equivocado —aunque ya se había aprobado el nuevo sistema para evitar errores, como el de la investidura de Feijóo—. El día 17 de noviembre de 2023, casi cuatro meses después de las elecciones generales, Pedro Sánchez era investido presidente. Sánchez dio unos días de descanso, pero no tardó en empezar el nuevo camino que le esperaba. El lunes, 20 de noviembre, anunció a sus nuevos Gobiernos, un Ejecutivo formado por 22 mujeres y hombres, y con especial protagonismo de cuatro de ellas, que ocupan las cuatro vicepresidentas, y de uno de ellos, al que ha convertido en superministro.