Sólo 24 horas después de que el PSOE pidiera el voto secreto para la retirada de la reforma de la ley del aborto, llegan las primeras reacciones desde dentro del Partido Popular.

La vicesecretaria de organización del pp andaluz, Ana María Corredera, se ha mostrado a favor de la libertad de voto en temas controvertidos como el aborto. Asegura que en Andalucía ya se hace: "En Andalucía siempre que se ha debatido un tema de este calado donde hay muchas sensibilidades ha habido libertad de voto. Así lo hacía Javier Arenas y así lo ha hecho Juan Ignacio Zoido".

Aunque Corredera ha evitado pedir expresamente a su partido que siga el ejemplo andaluz: "Personalmente creo que tiene que decidirlo el partido, aquí no vamos por libre" ha asegurado.

Lo que el partido socialista pretende conseguir con el voto secreto es que algunas voces discordantes con el PP puedan desmarcarse de la dirección cuando se debata su iniciativa parlamentaria que persigue frenar la ley Gallardón. Soraya Rodríguez, portavoz del PSOE en el congreso, ha dicho que "espero y confío que los diputados y diputadas del PP voten en conciencia y que entre todos consigamos que este anteproyecto de ley no se convierta nunca en proyecto de ley".

Izquierda Unida apoya la petición de los socialistas, aunque no cree que vaya a servir para mucho. Al final, dicen, los diputados populares acabará acatando la disciplina de voto. "Lo realmente importante es que las personas, las gentes del PP que están en contra de esta ley, impidan que salga adelante" ha afirmado María Espinosa, diputada de IU en la Asamblea de Madrid.

Desde nuevas generaciones aseguran que en el pp siempre hay libertad de voto: "No se yo si cuando uno entra al Parlamento hay alguien al lado que le pulsa un botón" ha afirmado Luis Paniagua, presidente de NN.GG del Partido Popular de Andalucía.

En nuestra historia reciente, el voto secreto sólo se ha utilizado en dos ocasiones: En 1995, para decidir la creación de una comisión de investigación sobre el caso GAL y en 2003, para votar dos proposiciones no de ley sobre la guerra de Irak. En esta ocasión, los diputados pudieron decir sí o no a la intervención militar apelando exclusivamente a su conciencia.