El Ministerio de Educación se prepara para renovar la selectividad con dos importantes novedades de cara al inicio del próximo curso: un aumento del tiempo dedicado a los exámenes y la modificación del sistema de revisión de los mismos. Así lo ha anunciado la titular de la cartera, Pilar Alegría, este viernes, al término de la comisión en la que han participado representantes de las universidades y de casi todas las comunidades, a excepción de las gobernadas por el PP, que han rechazado su presencia en el encuentro.

En concreto, a través del nuevo decreto que quiere aplicar el Gobierno de Sánchez se planea aumentar 15 minutos la duración de los exámenes de acceso a la Universidad, pero no con el objetivo de que los estudiantes tengan más margen para terminar las pruebas, sino porque estas contarán con ejercicios menos memorísticos que requerirán que el estudiante reflexione antes de contestar. Así, en cuanto al tiempo que tendrán los alumnos para realizar las pruebas, pasará de los 90 minutos actuales a 105, es decir 15 minutos más.

Quizá a raíz de este ligero cambio nace la segunda novedad: la posibilidad de hacer una tercera revisión de la calificación obtenida en una prueba. Esto es, si el estudiante no está de acuerdo con la calificación obtenida por un ejercicio podrá pedir, como hasta ahora, una segunda revisión. Pero en caso de que la diferencia entre ambas notas sea igual o superior a dos puntos, el tribunal calificador tendrá que hacer una tercera revisión que confirme la nota final del estudiante que ha reclamado la corrección.

Con estas dos fórmulas el Gobierno pretende "homogenizar" la estructura general de la selectividad en todas las comunidades y, en consecuencia, los ejercicios y los criterios de evaluación aplicados para cada asignatura, de forma que se asegure la "equiparación" de la prueba en las distintas administraciones regionales que componene el país. Con este novedeoso mecanismo, el Ministerio quiere que la selectividad se convierta en una prueba más competencial, ya que su objetivo es evaluar la capacidad del estudiante de desarrollar sus conocimientos para resolver un problema.

Todo, según un borrador del decreto al que tuvo acceso el diario El País antes de este anuncio, con el fin de valorar "con carácter objetivo, junto al Bachillerato, la madurez académica y los conocimientos adquiridos en la etapa, así como la capacidad para seguir con éxito los estudios universitarios". Además de las pruebas sobre materias comunes y específicas de cada modalidad, en las comunidades con lengua cooficial, los alumnos deberán realizar otro ejercicio en esa lengua para comprobar sus conocimientos.

Finalmente, para calcular la nota de acceso a la universidad se tendrá en cuenta el 60% de la media obtenida en Bachillerato y el 40% restante corresponderá a la calificación de los exámenes de acceso a la universidad.