Reunión de los independentistas en el Parlament, para dar una respuesta a las últimas órdenes judiciales, porque seguirán adelante, como ya adelantaba anoche el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont: "Frente a este tsunami de querellas habrá un tsunami de democracia, para empezar, el 11 de septiembre, las calles llenas de gente, y finalmente lo verán el día 1 de octubre".

Con las leyes aprobadas en el Parlament, el siguiente paso es en la calle, así lo asegura Jordi Sánchez, presidente de la Asamblea Nacional Catalana: "Esta diada será la más festiva de todas, haremos la mayor de las movilizaciones, y lo haremos desde la satisfacción de que ya hemos sido llamados a las urnas".

Quieren demostrar que el referéndum es lo que pide la ciudadanía catalana. "Llegamos aquí, básicamente, porque hay una mayoría de gente en Cataluña que encuentra normal y legítimo que en unas urnas podamos expresarnos", asegura Anna Gabriel, diputada de la CUP en el Parlament.

Pero Gobierno y PP siguen apuntando a que no se celebrará y advierten ahora a los alcaldes, como afirma Fernando Martínez Maíllo, coordinador general del PP: "Que algunos alcaldes, posiblemente en torno a esa borrachera independentista, estén pensando, ¿pero qué me va a pasar?, pues sí pasa, preguntádselo a Mas y a Homs".

La tensión estos días se ha aparcado por un momento en el bar del Parlament, donde se ha visto bromeando a Alicia Sánchez Camacho, del PP, y al president Puigdemont. Una imagen sobre la que el presidente del PP de Cataluña, Xavier García Albiol, ha asegurado que, en general, las relaciones son normales, "más allá de las tensiones propias del momento que estamos viviendo", pero enseguida, las diferencias entre partidos han vuelto. Este viernes, Inés Arrimadas se ha reunido con PSC y PP, y de momento, no tiene su apoyo para la moción de censura.