la igualdad y los derechos no entienden de orígenes
"No mires hacia otro lado": España planta cara al racismo estructural
¿Por qué es importante? El Ministerio de Igualdad lanza de nuevo la campaña "No mires hacia otro lado" contra el racismo, que sigue limitando oportunidades y marginando a miles, e impulsa el 021, línea gratuita de atención a víctimas de discriminación racial o étnica.

Resumen IA supervisado
El Ministerio de Igualdad ha relanzado la campaña "No mires hacia otro lado", enfocada en combatir el racismo y la discriminación en España. La iniciativa subraya que el problema radica en quienes discriminan, no en las víctimas, y destaca la necesidad de deconstruir estructuras opresivas. Ejemplos de éxito de personas de minorías históricamente marginadas demuestran que la igualdad es un acto de justicia. La campaña también promueve la línea 021, un recurso vital para víctimas de discriminación racial. Frente al odio y los prejuicios, la campaña aboga por reconocer y erradicar el racismo, destacando la diversidad como la verdadera fortaleza de España.
* Resumen supervisado por periodistas.
El racismo no tiene cabida en nuestra sociedad. No es un lema: es una posición firme. Por eso el Ministerio de Igualdad lanza de nuevo la campaña "No mires hacia otro lado", impulsada por la Dirección General para la Igualdad de Trato y No Discriminación y contra el Racismo.
La campaña parte de una premisa clara: el problema no son las víctimas, sino quienes discriminan. Porque el racismo sigue impregnando estructuras, limitando oportunidades y condenando a miles de personas a ocupar siempre la última fila de la sociedad.
Una jueza gitana. Un médico afrodescendiente. Una catedrática musulmana. No deberían sorprendernos. Y, sin embargo, lo hacen. Esa es la prueba de un sistema que aún oprime, arrastra prejuicios y sigue relegando a las minorías a las periferias sociales. Esta campaña rompe con esa mirada racista y estigmatizada, y reivindica lo obvio: la igualdad, los derechos y la dignidad no entienden de orígenes.
Esto no se trata de confianza individual, sino de estructuras colectivas que es necesario deconstruir y reconstruir. Cuando alguien de una minoría históricamente marginada logra prosperar, lo hace empujando contra siglos de barreras y prejuicios. Ese avance lleva consigo el peso de una historia que intentó mantener a esas personas lejos de los espacios de poder. Situarlas en el centro, por tanto, no es un gesto simbólico: es un acto de justicia.
021: una línea que salva silencios
La campaña también visibiliza el 021, la línea gratuita de atención a víctimas de discriminación racial o étnica, disponible todos los días del año. Un recurso imprescindible en un contexto en el que solo una de cada cinco víctimas se atreve a denunciar. Porque el racismo no solo duele: también silencia. Y el 021 está para romper ese silencio.
Además, este servicio cuenta con un canal de WhatsApp (628 860 507), un correo electrónico (asistenciavictimasracismo@igualdad.gob.es), un buzón online y 23 oficinas en todo el país para acompañar a víctimas y testigos de discriminación.
Una respuesta frente al odio
La campaña no surge en el vacío. El racismo en España no solo se expresa en prejuicios cotidianos, también ha dejado cicatrices profundas. El asesinato de Lucrecia Pérez en 1992, considerado el primer crimen racista condenado en democracia, marcó un antes y un después y visibilizó una realidad hasta entonces ignorada.
Desde entonces, episodios como la revuelta de El Ejido en 2000, el destierro de familias gitanas en Martos en 1986, cuando 200 vecinos rociaron con gasolina y prendieron fuego a más de una treintena de casas, y que una década más tarde volvió a repetirse en Mancha Real, el asesinato de Younes Bilal en 2021 o el aumento de los prejuicios contra la comunidad asiática y el Pueblo Gitano durante la pandemia, han recordado que el racismo sigue presente en España.
Hoy, además, las redes sociales actúan como altavoz y multiplicador del odio, como ocurrió en Torre Pacheco, Murcia, convertido en epicentro de disturbios xenófobos que se propagaron rápidamente en el espacio digital.
Frente a todo ello, la respuesta debe ser firme: reconocer el problema, visibilizarlo y ponerle fin. Romper con los discursos de odio, con la criminalización y la demonización constante de otras culturas y de toda la diversidad que define a España. Porque España no es un campo de odio. Nuestra verdadera fuerza está en la diversidad, en la memoria de un país plural y acogedor que no se rinde ante el racismo ni ante el miedo.
Igualdad como obligación
El Ministerio de Igualdad lo dice sin matices: la Constitución protege los derechos y la dignidad de todas las personas, sea cual sea su condición. La igualdad no es un ideal abstracto, es un deber político, una obligación moral y una urgencia democrática.
"No mires hacia otro lado" no es solo una campaña. Es una firme declaración de país. España ha decidido elegir igualdad frente al odio, justicia frente al silencio.