Cuando el ladrillo empezó a fallar, Marjaliza buscó nuevos negocios. Abre nuevas vías como la eficiencia energética y medioambiental.

Para eso tuvo que pasar un examen anticorrupción para poder entrar en Cofely, y al recordarlo no puede aguantar la risa.

Sigue con buen humor para contestar sobre cómo trucaban los contratos públicos. Aunque, durante todas las horas de declaración si explica detalles.

Así, con personas que optaban al concurso sólo para cumplir el cupo y para simular competencia, manipulaban las adjudicaciones.