La publicación en el BOE del cese de la hasta ahora directora de la Dirección General de Tráfico, María Seguí, hace oficial su dimisión, que, según algunas fuentes, ha sido forzada. Sin embargo, Seguí asegura que la han utilizado para limpiar el organismo. "Estamos jugando guerras sucias de intereses y conflictos económicos y políticos. En esta guerra no pinto nada, esta no es mi guerra", dice.
"Tengo la conciencia tranquila, si algo he hecho es pelear para que la gestión del dinero público fuera con carácter transparente, riguroso y competitivo", asegura Seguí, que cree que los trapos sucios podrían haber sido aireados por un excolaborador de su marido que tuviera ansias de batalla personal.
Muchos hablan de una 'operación salida' forzada por el ministro del Interior, que podría haber tomado esta decisión para evitar que nuevas informaciones dañen las negociaciones del Partido Popular para formar Gobierno.
En las dos últimas semanas, un goteo de escándalos ponía contra las cuerdas a Seguí. El más sonado fue el que aseguraba que la DGT supuestamente había financiado proyectos de su marido sin concurso con 50.000 euros. Destaca también el amaño en la adjudicacion de los cursos de recuperarion de los puntos.