La ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, María Luisa Carcedo, considera "imprescindible" la colaboración de la Iglesia católica para que afloren más casos de abusos sexuales a menores ocurridos en su seno, algo a lo que habría ayudado la aprobación de la ley de protección a la infancia. Una de las leyes que "más pena" le ha dado no haber culminado, según reconoce Carcedo.

Destaca la importancia de que la violencia contra la infancia "se coloque en la agenda" y ser capaces de "clarear esa situación y retirar ese manto de silencio tan opaco y vergonzante que durante años ha hecho sufrir a tantas personas", en referencia a los abusos a menores.

En este sentido, insiste en que la colaboración de la Iglesia es "imprescindible" y advierte a esta institución de que "son personas a las que les afecta la legislación española".

Tras la convocatoria de elecciones y la disolución de las Cortes, el anteproyecto de ley de Protección Integral a la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia, que contaba con el consenso suficiente y que estaba previsto llevar al Consejo de Ministros a finales de este mes, no llegó a ver la luz.

Una norma que, entre otras cosas, preveía que el plazo de prescripción de los abusos sexuales a menores empezase a contar a partir de que la víctima cumpliese 30 años y no 18 como ocurre ahora, debido a que es en la madurez cuando se atreven a denunciar.

"Estoy convencida de que si el delito no ha prescrito, más víctimas se atreverán a denunciar su caso", reitera Carcedo quien confía en que "con la mayor urgencia posible" se pueda aprobar en la próxima legislatura. Carcedo se muestra orgullosa de que el Gobierno de Pedro Sánchez haya colocado en la agenda política la pobreza infantil pese a lo "frustrante que fue el negacionismo y la ocultación" de esa realidad.