En plena campaña para mejorar su imagen en Internet, Lucía Figar se centró en el colectivo de la Marea Verde.

La exconsejera de Educación de Aguirre, a partir de ahora la cliente, quiso silenciar las protestas de la Marea Verde en Madrid en plenos recortes en Educación. Lo hizo según la Guardia civil a través de la Púnica y con dinero público. "El cliente nos ha solicitado con urgencia, interactuar con todos los periodistas posibles que tengan cuentas en twitter. Véase Pedro J. Ramírez, convenciéndolos de que hay una marea pero de gente que está cansada de estos profesores y sindicatos, y que no se cree sus mentiras".

Son los emails en los que se pedía a Alejandro de Pedro, principal investigado en la trama, desprestigiar las reivindicaciones de casi 100.000 trabajadores públicos que se manifestaban en las mareas.

Algo que ellos ya intuían. "Se realizaban una serie de actuaciones que iban a transferir dinero público a manos privadas y fomentaban la manipulación de la opinión pública", explica Isabel Galvín, de Comisiones Obreras.

Además, la empresa De Pedro proponía incluso las consignas a difundir en las redes: "Menos alumnos por aula, menos horas de trabajo y más sueldo ¿De qué se quejan los profesores españoles?".

No tan claro, Aguirre ya deslizó esa idea en plena polémica en persona: "20 horas son en general menos de las que trabajan el resto de los madrileños".

No se queda ahí, según los correos, el círculo de Aguirre también dirigió ataques a políticos como Ángel Gabilondo, entonces ministro de Educación. En los mensajes pedían su dimisión llamándole caradura. Una propaganda emitida por la Púnica y pagada con dinero público.