Antes de acceder a los centros de salud, toma de temperatura, limpieza de manos y cuestionario. "Les preguntas si tienen fiebre, dolor de cabeza, tos en los días previos...", explica Lara Edurne González Castellanos, vicepresidenta de la Sociedad Madrileña de Enfermería Familiar.

Un control para separar a los pacientes con sintomatología compatible con la Covid-19 de los que no, un proceso que en muchos casos está provocando colas a las puertas de los centros.

"Hay centros en el que ese cribaje se puede hacer un poquito más dentro, que no pasa nada, y en otros va a ser totalmente imposible por las dimensiones de la entrada al recinto", sostiene Ricardo Furió, portavoz de SATSE Madrid.

Lara es una de las enfermeras de atención primaria encargada de esta tarea. "Supone una sobrecarga laboral porque toda la actividad que se hace en la mesa de valoración de casi todos los centros de salud la llevan a cabo enfermeras", destaca.

Según las recomendaciones, cualquier profesional sanitario podría asumir este proceso, pero en la mayoría de centros son los enfermeros y enfermeras quienes que lo están realizando. "Una enfermera tiene que estar en puerta haciendo este cribaje para ver quién tiene síntomas y no atiende su agenda", apunta Furió.

En definitiva, es asumir nuevas labores con el mismo persona. "En Madrid hay cerca de unos 400 centros en los que se están realizando estas tareas y harían falta para los dos turnos entre 800 y 1.000 enfermeras más", indica Furió.

Los sindicatos denuncian una falta de profesionales en atención primaria. "Cuando todos los expertos hablan de reforzar la atención primaria para hacer un adecuado seguimiento de casos y contactos, en Madrid nunca se ha reforzado. Nunca ha habido una sobreplantilla, sino todo lo contrario", denuncia Inma Martín, delegada de Atención Primaria de UGT.

En los últimos días, se está notificando un aumento de los casos positivos, ahora más jóvenes y en un estado leve, por lo que no requieren hospitalización, pero sí seguimiento telefónico que se realiza desde la atención primaria.

"Nuestra preocupación es que, si esto aumenta, por desgracia, no seamos capaces de asumir una buena asistencia de los pacientes", añade Martín.

Denuncian, además, que asumen labores que no son plenamente de su competencia aumentando, más si cabe, la sobrecarga de estos profesionales.