Octubre de 2018, todos los partidos votan a favor para poder espiar en Internet nuestras opiniones políticas. "Los políticos pusieron nuestra intimidad y libertad ideológica a la intemperie", explica Víctor Vázquez, profesor de Derecho Constitucional en la Universidad de Sevilla.

Vía libre al bombardeo personalizado de propaganda que el Constitucional acaba de tumbar para alegría de expertos y consumidores. "Podemos seguir poniendo nuestras opiniones sin que se usen para un fin incorrecto", apunta la abogada María Seara.

Si el Constitucional no se hubiera pronunciado, todas las opiniones políticas que dejáramos en Internet podían haber sido rastreadas sin nuestro permiso por los partidos. La finalidad: realizar perfiles ideológicos para personalizar la propagando electoral.

La sentencia, dicen, es una victoria de la sociedad civil. Ningún partido recurrió, fue un grupo de juristas alarmados el que se lo pidió al Defensor del Pueblo que acudió al Constitucional. El TC tardó sólo dos meses y eso demuestra, dicen, lo que estaba en juego.