La división en Podemos estalló tras los malos resultados del 26J, cuando Pablo Iglesias explicaba que "los resultados electorales no son satisfactorios para Podemos, es el momento de reflexionar".

La Pérdida de más de un millón de votos separó a un sector del partido crítico con la alianza con IU, y una muestra era Íñigo errejón, quien reconocía que "el acuerdo no parece haber funcionado", aunque pedía "no entrar en un debate de 'te lo dije'".

Sin embargo, nadie en primera persona asumió la pérdida de confianza porque según el líder del partido "hay muchas culturas políticas y muchas personalidades".

Un golpe electoral que ha dividido al partido en dos facciones. Por un lado, los que quieren recuperar el Podemos inicial que asusta a los poderes, como Monedero, que pide "mantener el espíritu del 15M", o Iglesias, que pide no parecerse a los partidos tradicionales.

Por el otro lado están los que asumen que hay perder parte de la esencia para seducir a más votantes y llegar al gobierno con otros partidos, como Íñigo Errejón.

Dos direcciones que se visibilizan también en el enfrentamiento entre candidaturas por el control de los órganos autonómicos, como se puede ver en Madrid, donde la candidatura de Rita Maestre y Tania Sánchez se opone a la de Ramón Espinar, defendida por Iglesias.

Una brecha en el partido que se hace aún más visible en campaña electoral.