El juez ha archivado la causa por delito terrorista porque considera que no hay un autor concreto al que imputar el atentado, pero sí les investigará por homicidio imprudente. Sin embargo, la Fiscalía se opone a esta última decisión, porque al tratarse de un acto terrorista entiende que no se pueden exigir responsabilidades por imprudencia.
En un año, las familias apenas han tenido contacto con el embajador y su único gesto con ellas, dicen, fue un pésame por escrito un mes después del ataque. "Recibí una carta diciendo que ya me había transmitido sus condolencias, a través de los compañeros", añade una viuda de los agentes fallecidos. "Yo es que recibí exactamente la misma carta y en la misma fecha", comenta Estefanía Melgar otra viuda de otro agente fallecido. "Sí vamos, una copia y pega", asegura.
Denuncian que la embajada española no se encontraba en el área de seguridad, donde sí residía el embajador."El vivía en la zona green, en la zona de seguiridad, nuestros maridos obviamente no", añaden ambas víctimas. Según la querella presentada por los familiares y otros agentes de policía, describen las instalaciones de la embajada como un complejo con ventanas de plástico, puertas de madera y garitas de paja.
"Las fotos hablan por sí solas, las ventanas, las paredes... Una pared que le das una patada y se cae", asegura Melgar. Dicen los familiares que ya se habían denunciado las deficiencias de seguridad en el recinto y que el embajador no las consideró, Un año después, la embajada ya se encuentra en la zona de seguridad y con mejores medidas de vigilancia y protección. Pero su titular, Emilio Pérez de Ágreda sigue conservando aún el cargo.