La sesión de control entre el Gobierno y los grupos catalanes ha vivido un tenso enfrentamiento abierto. "Ahora marchamos a apoyar a nuestros amigos", ha señalado Gabriel Rufián, diputado de ERC, antes de que su grupo abandonara sus escaños en protesta por las detenciones en Barcelona. Y a su salida se han dado momentos de tensión con la bancada del Partido Popular y de Ciudadanos.

Esto es, gritos, insultos, gestos de desprecio y una respuesta de Mariano Rajoy: los independentistas ya estaban avisados. "Sabían que el referéndum no se podía celebrar porque es liquidar la soberanía nacional y el derecho de los españoles a decidir lo que quieren que sea su país, y lo siento mucho", ha explicado a la salida del pleno el presidente del Gobierno.

Los diputados del Partit Demòcrata Català han seguido los paso de Esquerra y han abandonado el hemiciclo lanzando una advertencia a Rajoy. "No son conscientes de las profundas heridas que este intento de humillación de la sociedad catalana va a provocar en los próximos tiempos en Cataluña", ha criticado Carles Campuzano, portavoz del PDeCAT.

El mensaje de Rajoy ha sido respaldado por el líder de Ciudadanos, que también se enfrentaba a las fuerzas independentistas en el hemiciclo. "No tiene sentido dar un golpe a la democracia y luego enfadarte porque la Policía o la justicia intente frenarlo", ha apuntado Albert Rivera, líder de la formación naranja.

Frente a la postura de Ciudadanos se expone la de Podemos, que ha protestado en la puerta del Congreso contra las detenciones de altos cargos de la Generalitat. "No es sensato que en un país democrático haya presos políticos", ha lamentado el secretario general del grupo morado, Pablo Iglesias. El PSOE, por su parte, ha evitado criticar en público al Gobierno.

"Es una decisión del Gobierno. Cuando hay un registro hay una decisión judicial", se ha limitado a decir el secretario de Organización del PSOe, José Luis Ábalos. Aunque desde Barcelona, Miquel Iceta, primer secretari del PSOE, llama a la convivencia: "Hay que frenar una escalada que lleva al desastre". Los diputados de los partidos catalanes anuncian que suspenden su actividad parlamentaria tras una serie de rifirrafes que parecen tener un pronto fin.