Los animales han retomado calles de grandes ciudades y cultivos ante la ausencia de humanos. Pero, lo que a una gran parte de la población puede parecer una imagen curiosa es una tragedia para los agricultores, a quienes suponen pérdidas de miles de euros.

Es el caso de Miguel, que lleva toda la vida dedicándose a cultivar la uva. Tiene 20 hectáreas de viñedos y, desde que no se puede controlar por el confinamiento, los animales campan por ellas a sus anchas. Así, ya ha perdido tres hectáreas.

También Manuel Barragán está viendo afectados sus cultivos. Asegura que los conejos se están comiendo prácticamente la totalidad de la viña: "Se suben a los brazos y empiezan a comer", ha explicado.

Las pérdidas en las cosechas a causa del destrozo animal son muy habituales, aunque sí es cierto que, a causa del confinamiento, en algunos casos se han multiplicado hasta por diez. Por ejemplo, un agricultor que antes perdía 1.500 kilos por campaña ahora puede superar unas pérdidas de 15.000 kilos.

La caza de animales salvajes está prohibida desde que empezó el estado de alarma. Por eso los jabalíes, ciervos corzos o conejos acceden libremente y se comen las cosechas.

Los agricultores piden que se autorice la caza en esta situación para "evitar daños". Los cazadores defienden que se tiene autorizar la caza como una medida excepcional para salvar los cultivos.

Después de la recomendación del Ministerio de Agricultura, la Junta de Andalucía ha aprobado que se pueda cazar a estos animales de forma excepcional.