El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, ha decidido suspender la reunión al constatar que era imposible lograr un compromiso. En total, los líderes europeos han negociado alrededor de 15 horas el jueves y otras 6 horas el viernes, principalmente en bilaterales y reuniones a varias bandas y poco tiempo en plenario.
Las grandes diferencias entre los países contribuyentes netos, liderados por Reino Unido, que exigen fuertes recortes, y los beneficiaros de las ayudas, como España, que quieren mantener la inversión, han bloqueado las negociaciones.
La última propuesta de compromiso del presidente del Consejo Europeo incluía mejoras para España, Italia y Francia en ayudas regionales y agrícolas a costa de recortar los fondos para I+D e infraestructuras. En concreto, Van Rompuy ofrecía un cheque de 2.750 millones de euros para las comunidades autónomas españolas.
Sin embargo, los tres países consideraron los cambios insuficientes. De hecho, el presidente francés, François Hollande, reclamó 6.000 millones de euros extra para la política agrícola común, y fue respaldado en su demanda por España e Irlanda.
Al mismo tiempo, el plan del presidente del Consejo Europeo enfadó a Reino Unido, Alemania y al resto de contribuyentes netos, ya que mantenía en 80.000 millones de euros el recorte respecto a la propuesta original de la Comisión. Estos países querían una disminución extra de entre 10.000 y 20.000 millones de euros.
Además, Londres y Berlín se aliaron para exigir fuertes descensos en el gasto administrativo para eurofuncionarios e instituciones comunitarias, que se mantenía intacto en el plan Van Rompuy.
Esta era la única baza que le quedaba al presidente del Consejo Europeo para presentar un compromiso definitivo, pero al final no hubo tercera propuesta y los líderes decidieron suspender la reunión.