Vuelve a pisar la calle después de 49 días arrestado en un centro disciplinario militar. "Lo que quieren hacer es encerrarme el mayor número de veces posible para intentar ejemplarizar de cara a los muchos militares que tienen muchas ganas de contar lo que está pasando", explica el teniente Segura.

Luis Gonzalo Segura lleva meses denunciando corrupción y malas prácticas en las Fuerzas Armadas. "Es como un piso de una persona que tiene síndrome de diógenes: hay tanta basura que como se abra esa puerta, lo que se puede encontrar dentro es tremendo", comenta Segura.

Lo contó en su libro, una novela por la que acabó aislado en el centro militar donde, asegura, ha sufrido vejaciones y humillaciones. "No van a reparar en medidas porque se sienten protegidos por la justicia militar", denuncia el teniente.

Una justicia paradójicamente injusta, según algunos expertos en derecho militar. ABOGADO: "No se está respetando ni la Constitución ni el convenio europeo de Derechos Humanos a la hora de aplicar el régimen disciplinario de las Fuerzas Armadas".

Por sus denuncias en los medios de comunicación en los que ha contado: "tenemos que cumplir las órdenes aunque estén equivocados, da lo mismo que malversen, que roben, que abusen, que acosen", le han sancionado cuatro veces, ha recibido dos propuestas de expulsión del ejército y ha estado 139 días arrestado desde el pasado verano. Y todo, asegura, por pensar diferente.

"No está bien visto tener independencia a la hora de hablar en las Fuerzas Armadas", explica Segura. Consciente de que el sistema es tan fuerte que posiblemente acabe con él, asegura tener miedo pero no renuncia a seguir denunciando su verdad.