Gracias a Granados el PP madrileño contó presuntamente con una caja B, pero también pudo haber otra vía, una caja C para financiarse irregularmente que supuestamente nutrió Ignacio González.

La mano izquierda y la derecha de Aguirre están siendo investigados por participar en dos organizaciones criminales dedicadas presuntamente a saquear el dinero público. Pero utilizando estilos distintos. González valiéndose presuntamente del Canal Isabel II para desviar dinero, mientras que Granados optaba por grandes pelotazos urbanísticos.

Dinero que supuestamente además de acabar en el PP, también iba a sus bolsillos. Ambos compartían escondite, los bancos suizos, pero González prefirió utilizar testaferros y no le han encontrado dinero en su casa. Granados sí llegó a estampar su nombre en algunas cuentas y llegó a ocultar en el altillo de sus suegros un millón de euros.

Mientras González adquiría propiedades como una en la Costa del Sol, en una exótica urbanización, Granados no salió de la Comunidad y dejó a medias un chalé en Valdemoro con ducha con aromaterapia, sauna y cascada.

Una forma de actuar que ahora investiga la justicia y que ellos supieron de antemano. González habría recibido un soplo de altas esferas del poder, mientras que Granados también fue avisado por un guardia civil mientras estaban de copas, algo luego le corroboró el agente caro vinagre. Dos estilos, dos personalidades, pero con un mismo fin según el juez: saquear presuntamente el dinero de todos los madrileños.