Las mascarillas FFP2 defectuosas que el Gobierno ordenó retirar tras repartirlas por casi todas las áreas de salud, también se llegaron a utilizar en residencias de mayores.

Tan sólo en Madrid, 880 trabajadores han atendido a pacientes con Covid-19 o con síntomas, con ellas puestas.

Según ha afirmado el responsable de Políticas sociales del CSIF, Javier Prieto, "se ha instado a que se realicen test a los trabajadores que las han usado con la máxima celeridad posible".

Según estos sindicatos las mascarillas defectuosas se han repartido por hospitales de todo el país, centros de personas con discapacidad y residencias.

Además, en las residencias madrileñas se han utilizado otros materiales defectuosos. Por ejemplo, en la 'Doctor González Bueno', la más grande de España con 600 residentes, los EPI que utilizan se rompen a las horas de usarse y los buzos que usan para protegerse están hechos con bolsas de basura por voluntarios.

En dicha residencia pública, en la que los familiares y trabajadores denuncian ya más de 110 muertos, fueron los propios empleados los que tuvieron que fumigar la residencia porque la UME no pudo hacerlo hasta el 1 de abril. Además, los familiares denuncian que los datos se conocen a cuentagotas.

"Nuestro familiar nos comentó que le habían hecho la prueba del coronavirus pero no sabemos nada más", ha explicado Javier Sánchez, familiar de un anciano residente en la 'Doctor González Bueno'. Esta falta de respuesta se acrecienta en fin de semana, cuando la respuesta es aún menor.

Los residentes positivos pero asintomáticos están aislados, aunque comparten habitación entre ellos. Una situación difícil de entender para los familiares en una residencia en la que ya hay más de 100 fallecidos y se trabaja con material defectuoso y sin la protección necesaria.