El uso de mascarillas en toda la población es clave para evitar que suframos una segunda oleada de la pandemia de coronavirus, según un estudio de Reino Unido basado en un modelo matemático.

El modelo de las universidades de Cambridge y Greenwich apunta que cuando un 75% de la población utiliza las mascarillas, la tasa de reproducción de la infección cae por debajo del 1, lo que significa que la transmisión se detiene: "El nuevo brote se contiene, no llega a haber un brote comunitario, sino que se va manteniendo una tasa de incidencia baja", explica el portavoz Sociedad Española de Salud Pública, Ildefonso Hernández.

El estudio sugiere que sirven tanto las mascarillas quirúrgicas, aunque las consideran de mejor calidad ya que tienen hasta un 95% de eficacia, como las caseras, cuya eficacia es de hasta el 75%.

Sin embargo, Hernández destaca que la eficacia de estas últimas no llega a la de las industriales pero, aún así, señala que "si las usara el conjunto de la población, también podría parar la tasa comunitaria de la infección".

Combinación con otras medidas

Aunque las mascarillas son una pieza importante, el estudio señala la necesidad de combinar su uso con otras medidas como el distanciamiento social y cierto grado de confinamiento puntual. De hecho, los expertos en salud pública insisten en que llevar la mascarilla no debe hacernos olvidar del resto de medidas higiénicas y de seguridad.

Y es que sin estas restricciones, el modelo prevé un rebrote que se traduciría en un nuevo pico de la curva de contagios, mientras que si toda la población sigue estas recomendaciones la ya famosa curva se mantendría plana, lo que facilitaría a los expertos centrarse en una solución contra el virus que, estiman, llegará en un periodo de 18 meses.