Una casa gallega encierra la historia del sufrimiento de toda una familia durante el franquismo.

Durante la Guerra Civil asesinaron a casi 5.000 gallegos. Con uno de los asesinados se cebaron incluso ya muerto. "Venía una señora con un carro de vacas y le dijeron que se lo pasara por encima", explica su nieta, Isabel Mao.

Gracias a una asociación de memoria histórica, comenzarán a buscarle para que pueda descansar junto a sus hijas para "cerrar ese duelo, que ya es hora después de más de 80 años", añade Isabel.

Como Jesús, un número indeterminado de víctimas de la dictadura están por localizar y aún quedan 1.200 fosas comunes por abrir. "Hay que poner fin a esta lacerante indefensión que nos humilla a todos como pueblo", señala Dolores Delgado, ministra de Justicia.

El Gobierno dice que asumirá la búsqueda de las víctimas y obligará a las administraciones a colaborar, para que recuperar a un ser querido no quede al arbitrio de nadie. "Depende del alcalde o el concejal que te toque, algunos consideran que el cementerio es de propiedad privada", afirma Cecilio Gordillo, de la plataforma 'todoslosnombres.org'.

Pero además, el Gobierno busca cómo prohibir las asociaciones que hacen apología del franquismo, que al menos son cinco.

"Para defender a las víctimas de una dictadura hay que evitar que quienes hacen apología a esa dictadura estén impunes. Tampoco se debe permitir que tengan las ventajas que tienen estas fundaciones", asegura Bonifacio Sánchez, portavoz de la Asociación de la Recuperación de la Memoria Histórica.

El presidente que impulsó la ley de Memoria Histórica dice que es el momento de ponerla donde corresponde. "No tenemos por qué tener ningún problema de mirar al pasado a la hora de que afecte a nuestra convivencia", considera José Luis Rodríguez Zapatero.

Una ley que el Ejecutivo reformará también para anular las sentencias de los tribunales franquistas.