La fortuna oculta de los Pujol asciende a 290 millones de euros, según la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal de la Policía (UDEF), que sospecha que el dinero acumulado por la familia podría ser todavía mayor, ya que hay paraísos fiscales que se niegan a facilitar información sobre la existencia de cuentas a su nombre.

La única cuenta en el extranjero que han reconocido es el supuesto legado del abuelo en Andorra, pero no existe ningún documento notarial que lo acredite y el informe de la Policía, remitido al juez, informa de un fondo de inversión en Suiza con 18 millones y cinco cuentas más en Panamá y Andorra.

Millones de euros obtenidos mediante asesorías ficticias por todo el mundo, y sobre todo, gracias a mordidas y el cobro de comisiones, pese a que Jordi Pujol hijo negara este extremo ante el Parlament: "No he cobrado nunca comisiones de nadie que haya trabajado con la Administración pública", sostuvo.

Asegura la UDEF que funcionaban como el crimen organizado y vincula el presunto blanqueo de sus capitales con operaciones de terceros ligadas al narcotráfico. "Es factible que se utilizara dinero con proveniencia en otros tipos de delitos más graves como el tráfico de estupefacientes a gran escala atribuible a terceros", recoge en su informe.

Atribuible a terceros, porque el informe deja claro que los Pujol nada tuvieron que ver con el tráfico de drogas, pero asegura la Policía que Jordi Pujol Ferrusola mantuvo contacto por teléfono con un condenado en prisión por haber importado cocaína. Comunicaciones, sospechan los agentes, relacionadas únicamente con un presunto blanqueo de capitales en Panamá.