Desde la activación del artículo 155 ha habido un freno en la fuga de empresas de Cataluña. "El ritmo podría haberse ralentizado", sostiene Juan Carlos Lázaro, profesor de Economía de IE Business School.

El Consejo de Administración de Freixenet, que dudaba de su salida, decidió finalmente quedarse en Barcelona al entender que se había recuperado el orden constitucional.

Antes del anuncio de Rajoy, se iban de media un centenar de empresas al día. El 30 de octubre, tras el 155, 62, la cifra más baja en tres semanas.

Pero el impacto económico ya se ha producido, más de 2.000 empresas han salido y el Banco de España alerta: la situación en Cataluña puede restar más de 2,5 puntos al PIB español. "Habrá menor inversión, seguramente menor consumo de bienes duraderos, se podría encarecer el coste de financiación", añade Lázaro.

Las últimas cifras del paro tampoco son buenas para Cataluña. La Comunidad en la que más ha crecido en octubre, 14.700 desempleados más. Al respecto, la ministra de Empleo, Fátima Báñez, ha afirmado que "en el último mes, en Cataluña se han creado sólo 1.700 empleos".

Según el ministerio de Empleo, es un síntoma de que la inestabilidad política no está ayudando a la creación de puestos de trabajo.