La renovación de más de
30 cargos por parte de Fiscalía General del Estado, entre los que se encuentra
el cese del fiscal de Murcia, López Bernal, ha levantado sospechas sobre la independencia
del poder judicial. "Es sospechoso que se quite a fiscales que han sido
implacables en la lucha contra la corrupción", señala Antonio Hernando en Al
Rojo Vivo.
Las miradas también se
centran en el ministro de Justicia. "Tiene que despejar las dudas sobre si ha
habido presiones al Ministerio Fiscal", señala Ricardo Sixto, diputado de
Unidos Podemos.
Tanto es así que todos
los partidos de la oposición han solicitado la comparecencia del fiscal general
en el Congreso para que explique el porqué de estos cambios. "Aquí hay cosas
que huelen muy mal, que hacen ver la preocupación del PP por la corrupción",
afirma Toni Cantó, en ARV.
Unos cambios que algunas
asociaciones han calificado como purgas motivadas por afinidades ideológicas. "Tres
importantes fisacles han sido relevados, poderosas tienen que ser las razones",
señala Álvaro García Ortiz, presidente de la Unión Progresista de Fiscales.
Dentro de los ceses se encuentra el del fiscal Anticorrupción, que
ahora recae sobre Manuel Moix tras pasar por la Fiscalía de Madrid. En su currículum tiene
haberse negado a acusar a Esperanza Aguirre de desobediencia tras huir de la Policía. También intentó
evitar que los correos de la cúpula de Caja Madrid, que evidenció la existencia
de las tarjetas Black, vieran la luz e incluso cargó contra las protestas del
15M.
Ahora tendrá ante sí un
duro calendario judicial entre los que están Púnica, Papeles de Bárcenas o el
3% de CIU. Otro de los cambios es el del fiscal de la Audiencia Nacional; Jesús Alonso
será el responsable a partir de ahora de resolver cuestiones relacionadas con
los delitos económicos, delincuencia organizada y de terrorismo.