El discurso de Pablo Casado se ha vuelto más beligerante. "La agenda que estamos viendo en Cataluña es la agenda de ETA", afirmaba en una entrevista con EFE.

Así ha atacado a Pedro Sánchez: le ha llamado "traidor", "ilegítimo", "felón", "irresponsable", "incapaz", "desleal", "mentiroso compulsivo", "inocente", "mediocre".

Retahíla de calificativos que, según los analistas, responden a una estrategia calculada. Lluís Orriols, politólogo y profesor de la Universidad Carlos III de Madrid, asegura que Casado "Está en un proceso de competencia en la derecha fortísimo" y que "eso le obliga a ser fuerte en la batalla discursiva".

Pablo Simón, también politólogo y profesor de la Universidad Carlos III de Madrid, destaca que "no es sólo que compita con uno, sino con dos rivales dentro de su bloque, así que tiene que hacer un difícil equilibrio para no quedar atrapado en un sándwich".

Albert Rivera ha evitado opinar sobre si Casado se excedió en el lenguaje y, de momento, se queda un tono por debajo en los embates a Sánchez. "Creo que Sánchez es un peligro para España, demuestra que no tiene escrúpulos", destaca.

El líder del PP no esconde la disputa en el espacio del centroderecha y derecha. "Hay que aplicar un artículo 155 y el partido que lidere esa respuesta se llevará detrás la España de los balcones", apunta.

Una contienda que se estructura en torno a la cuestión nacional. "Se enfrenta a disputarle a Cs y a Vox el pedigrí de antinacionalista catalán o el de nacionalista español", añade Orriols. "Pablo Casado entiende que el tema territorial ha sido uno de los principales caballos de batalla, una de las principales fugas", sostiene Simón.

Aunque la escalada verbal de Casado podría volvérsele en contra. "A veces se les escapa ese perfil que tenía el PP de partido de gobierno, de gestión", considera Orriols.

"Casado no ha cogido el ritmo exacto del discurso que tiene que hacer. Hay muchos dirigentes del PP que están muy incómodos", opina Jordi Casas, analista de laSexta.

Fuentes de la dirección popular reconocen que no debieron ir tan lejos en la descalificación al Presidente.