ETA se encamina hacia su disolución tras el desarme. Un final, asumido por la banda terrorista según Europa Press, que podría completarse este verano y que según algunos analistas beneficiaría a la izquierda abertzale: "Les interesa que la disolución sea reconocido porque eso facilitaría movimientos en el Gobierno en el tema de la política penitenciaria" explica Luis R. Aizpeolea, periodista de 'El País'.

En esa disolución juegan un papel importante los más de 300 presos encarcelados y su situación, una histórica reivindicación que podría condicionar las negociaciones que resolverían su final, algo ante lo que el Gobierno se muestra inflexible: "Los terroristas no pueden esperar ningún trato de favoer de gobierno ni mucho menos impunidad por sus delitos" decía Zoido.

Las víctimas de ETA ven con recelo la entrega de las armas... porque la pregunta sobre su disolución siguen sin respuesta. Se abre un nuevo "escenario de paz", dice Arnaldo Otegi, en el que tratar varios asuntos pendientes: "Temas como el de los presos, los presos enfermos, la dispersión, la desmilitarización, la reparación de las víctimas, todos esos temas tienen que ser abordados".

Pese al paso dado, el desarme no está bien visto dentro de algunos grupúsculos cercanos a ETA. Lo interpretan, según algunos sociólogos, como una humillación: "Dentro del mundo cercano a herribatasuna no todo el entorno está de acuerdo con la solución que han tomado Otegi, Sortu…" explica Javier Elzo, catedrático de Sociología. Tras la localización de las armas, ahora se abre paso... la transición hacia una sociedad libre de armas y terror.