Pese al grito de "unidad" de la militancia, Vistalegre 2 representó la ruptura definitiva entre Iñigo Errejón y Pablo Iglesias. Errejón quiso confrontar su proyecto al del líder de Podemos y perdió tras una dura campaña que reflejó las diferencias entre ambos.

Tras esa cita, Errejón perdió la portavocía del partido en el Congreso y retraso su posición en el hemiciclo.

Más atrás en el tiempo sus diferencias eran patentes. Tras las generales del 2016, Errejón era más partidario de acercarse al PSOE, mientras que la directriz de Iglesias era la de atacarles para atraer al votante socialista descontento con la dirección de Ferraz.

Incluso tras las elecciones andaluzas de hace cuatro años surgieron discrepancias ante la posibilidad de dejar o no gobernar a Susana Díaz.

Ahora se acaba una relación política que se inició cuando Errejón capitaneó la campaña de las Europeas en la que, contra todo pronóstico, consiguieron cinco eurodiputados.