Iba a ser otra joya en la corona, otro macroproyecto del que, en especial los jugadores de pelota, se sintieran orgullosos. La realidad es otra, es "una enorme estructura de hormigón absolutamente abandonada", explica Josep Miquel Moyà, director general de deportes.
Pasarelas que no conducen a ningún lado, vayas rotas o en mal estado, forjados que asoman al exterior... Allá donde fijemos la mirada hay alguna amenaza para la integridad física.
La primera piedra del recinto se puso en 2003, pero las obras se paralizaron en 2006. De las siete infraestructuras con que iba a contar, tan sólo una está parcialmente finalizada. Se trata un espectacular trinquete que, eso sí, carece de licencia de actividad y tuvo un sobrecoste del 100%.
El presupuesto inicial era de 13 millones, pero se estima que finalizar el proyecto costaría 21. Ricard Santendreu, jugador profesional de pelota valenciana, asegura que "se hubieran podido utilizar esos recursos para rehabilitar trinquetes".
Hasta hace muy poco, la pista seguía albergando campeonatos por una decisión política. El gran impulsor del proyecto fue el conseller de Gobernación durante dos legislaturas del Partido Popular, Serafín Castellano, que está siendo investigado por adjudicar irregularmente algunos contratos desde su Consellería.
La idea ahora es terminar cuando se pueda esta gran instalación deportiva condenada por el momento a permanecer en el silencio.