Acuerdo Gobierno-Junts

Junts pacta con Consumo blindar el catalán en la ley de atención al cliente en las grandes empresas

Los detalles Este compromiso afectará a aquellas compañías que tengan más de 250 trabajadores en plantilla o una facturación que supere los 50 millones de euros.

La portavoz de JxCat Míriam Nogueras interviene en la sesión de control al gobiernoLa portavoz de JxCat Míriam Nogueras interviene en la sesión de control al gobiernoAgencia EFE
Escucha esta noticia
0:00/0:00

Junts per Catalunya ha acordado con el Gobierno que las grandes empresas que operen en España estén obligadas a atender a sus clientes en catalán siempre que así lo requieran. Este compromiso afectará a aquellas compañías que tengan más de 250 trabajadores en plantilla o una facturación que supere los 50 millones de euros.

"Se asegurarán de que los servicios de atención a la clientela estén dotados de los medios humanos, materiales, técnicos y organizativos adecuados para el cumplimiento de sus funciones, y para garantizar los derechos lingüísticos independientemente de que dicho servicio sea prestado de forma directa o no", indica la enmienda presentada en el Congreso por el diputado de Junts Josep María Cruset.

Se trata de una enmienda presentada por el partido dirigido por Carles Puigdemont a la ley de la atención a la clientela que está en ponencia. Para que esta norma entre en vigor, primero debe aprobarse el informe y, posteriormente, aprobarse en el pleno del Congreso de los Diputados. Fuentes de Junts aseguran a laSexta que, en caso de que el Gobierno no incluye ese texto en el articulado de la norma, sus diputados votarán en contra de la ley.

En el comunicado emitido por Junts, la formación catalana asegura que, con ese acuerdo, se asegurará el derecho de los consumidores "a ser atendidos en catalán por parte de las empresas", evitándose "la invasión de competencias propias de la Generalitat de Cataluña gracias a la introducción de una disposición adicional en este sentido".

De igual forma, la propuesta de Junts incluye "la formación obligatoria en catalán para los trabajadores de los servicios de atención a la clientela y la sustitución de la obligación de responder como mínimo en castellano por la de hacerlo en la lengua oficial con la que se haya dirigido el cliente a la empresa".

Con esta medida, la formación nacionalista sostiene que salvaguarda "el derecho del consumidor a ser atendido en catalán sin que esto dependa de la buena voluntad de la empresa o de su ubicación territorial".