El objetivo de Ciudadanos pasa por desmarcarse de un posible acuerdo a tres: "No habrá tripartito en Andalucía, lo hemos dicho desde la noche electoral", defendía Miguel Ángel Gutiérrez. Pro la posición del líder andaluz es hoy bien distinta. En una entrevista, niega que su partido tenga prejuicios a la hora de negociar con ellos: "Ni con Vox, ni con nadie, no tengo líneas rojas".

De hecho, reconoce una conversación telefónica de 20 minutos con Francisco Serrano para ofrecerle un puesto en la Mesa. Pero sus votos son necesarios para la investidura. Espera que se el PP y no Ciudadanos, quien logre su apoyo: "El gobierno va a ser de 47 escaños. Otra cosa es que, como ha pasado con la mesa del Parlamento, haya una petición, en este caso más del PP que de Ciudadanos, para recibir el apoyo de Vox en la investidura".

Las negociaciones entre PP y Vox no se harán esperar: "Previsiblemente la semana que viene", decía Juanma Moreno. Con el Estatuto de Autonomía como única línea roja, porque el acuerdo con Ciudadanos está prácticamente atado y solo un "incumplimiento" podría truncarlo.

Los socialistas cargan en Twitter contra Rivera por no dar la cara, dicen, en su pacto con Vox: "¿Por qué Rivera no da la cara en su pacto con la #ultraderecha? ¿Por qué Rivera prefiere pactar con #Vox a sentarse con el partido que ganó las elecciones en Andalucía?" defiende Miguel ángel Heredia.

Le culpan de dejar Andalucía en su mano por un puñado de sillones. Los de Abascal han celebrado su llegada a las instituciones con vídeos tan polémicos como uno en el que se comparan con la División Azul franquista que combatió en la Segunda Guerra Mundial contra el comunismo ruso.