Maza opina, "con todo el respeto", que al Parlamento no le compete reprobar a un fiscal general ni en España ni en ningún otro país, pues es como "si se reprueba a un juez por una sentencia que ha dictado".

"No parece lógico ni sensato", indica. "El Parlamento es libre de hacer lo que quiera, pero a mí particularmente no me afecta demasiado porque entiendo que no está dentro de la legalidad", sostiene el fiscal general. Sin embargo, le preocupan más algunas propuestas lanzadas recientemente por partidos de la oposición para cambiar el sistema de nombramiento y de cese del fiscal general.

A su juicio, que el nombramiento dependa del Parlamento no es "muy buena idea", porque es "un poco extraño" decir que se despolitiza la elección del fiscal general porque le nombren los partidos políticos. Y porque en todos los países del entorno el nombramiento del fiscal general lo hace el presidente de la República o el Rey a propuesta del Gobierno. Pero avisa de que "sería tremendo" para la Fiscalía, "devastador", sería que se aprobara una reforma como la propuesta por Ciudadanos para que al fiscal "se le pueda cesar con la mayoría parlamentaria", ya sea de dos tercios, de tres cuatros o la que se fije.

En ese sentido, recuerda que el principal grado de autonomía del fiscal viene de que "no se le puede cesar, que si incomoda al Gobierno o a los partidos, a quien sea, no se le pueda cesar". "Esa es mi mayor fuente de autonomía y mi garantía de que yo puedo hacer lo que considero oportuno y a mí no se me puede cesar, expone Maza, quien considera que lo otro es "una cosa tremenda".

"El fiscal español goza de autonomía funcional absoluta sólo por ese motivo, porque no puede ser cesado", asevera. Por ello, defiende el sistema de elección que ahora rige en España, pues el fiscal es "totalmente autónomo del Ejecutivo, no se le puede dar ninguna orden" y "cumple con unos rigores de autonomía que ya quisieran muchos países, algunos que nos son limítrofes".