El principio del fin del reinado de Juan Carlos I comenzó un 12 de abril de 2012 en Botsuana, en aquella cacería en la que el emérito participó junto a su examante Corina Sayn-Wittgenstein. Precisamente en una época en la que las cosas no estaban del todo bien en España: la crisis económica dejaba graves estragos a la población y había estallado recientemente el caso de Iñaki Urdangarin.

OkDiarioha revelado hoy, diez años después, la intrahistoria de ese fatídico viaje del monarca, que se encontraba muy irritado después de que la reina Sofía acudiera al hospital donde estaba ingresado su nieto Felipe Juan Froilán tras dispararse accidentalmente en el pie.

Allí la reina hizo declaraciones a los periodistas, algo que no gustó nada al rey: todos iban a preguntar por él, que estaba en un viaje secreto. El rey llegó a decir que "ese paseo ante las cámaras" lo dejaba "con el culo al aire".

"Es una especialista en hacerme putadas. Va a la clínica y se exhibe para que la gente se dé cuenta de que yo no estoy. Así fuerza a los periodistas a que hagan preguntas", aseguró el monarca muy irritado.

Pero el acontecimiento que acabó de lastrar el viaje y su 'secreto' sucedió tras una cena para celebrar la caza de un gran elefante macho el día anterior. Tras el banquete el grupo comenzó a ingerir alcohol de manera intensa, según revela el citado diario.

La fiesta duró hasta altas horas de la madrugada y en el momento en el que el rey se dirigía a su cabaña con cierta dificultad para mantenerse en pie por el alcohol, tropezó y cayó al suelo. Dos personas lo tuvieron que recoger del suelo y llevarlo en volandas a su cama: el rey tenía un intenso dolor en la cadera, pero Corinna era ajena a esto porque ya estaba dormida.

A la mañana siguiente su examante quiso saber qué había sucedido, pero el emérito aseguró que no se acordaba "de nada". Sabedores del escándalo que podía desatarse por el viaje del rey, ni la Casa Real ni el Gobierno actuaron para evacuarle del país para llevarle a un hospital español.

Fue en ese momento cuando Corinna decidió evacuar en su jet privado a Juan Carlos I tras ser avisada de que sufría una hemorragia peligrosa y su vida corría peligro.

A pesar de ello, en el viaje de vuelta el rey no dejó de beber, algo nada recomendable porque era muy probable que tuviera que entrar en quirófano a su llegada al hospital en Madrid. De hecho, Corinna intentó convencerle pero él respondió de manera tajante: "Yo soy el rey de España y hago lo que me da la gana".