Lo ha hecho durante su comparecencia en la Comisión de Interior del Congreso, donde ha defendido la devolución del centenar de inmigrantes que asaltaron la valla de Ceuta el pasado 22 de agosto en virtud de un convenio bilateral firmado con Marruecos en 1992.

Para Grande Marlaska es importante distinguir en política migratoria."Hay que diferenciar entre supervivencia y derechos humanos con entradas violentas. No es lo mismo", explica el ministro. Insiste en que no va a permitir las entradas violentas "que atenten contra las fuerzas de seguridad del estado".

Ha recordado así, el salto masivo del 26 de julio, sin precedentes, que ha llevado ante el juez a los diez detenidos acusados de organizarlo. "Utilizaron radiales eléctricas portátiles, cizallas, mazas, lanzando botellas llenas de cal viva", señala el titular de Interior.

Una violencia que tampoco comparten desde las ONG. "A las personas que vienen de manera pacífica se les criminaliza por las que lo hacen de manera agresiva. Reforzar la valla nos parece una muy buena opción", asegura Alba de la Viuda, de la ONG 'Aldea Global'.

A raíz de ese salto se reforzó la seguridad con 19 efectivos y se va a rediseñar el sistema de vigilancia en las fronteras. "Con medios más modernos y no lesivos", explica el ministro.

Además de mejorar las relaciones con los países. Para Grande Marlaska "hemos vivido una etapa de sequía en lo que a política internacional se refiere" y se lo echa en cara al Partido Popular, que asegura que "no hay precedentes de los bandazos que se han dado en sólo tres meses". Pasando, dicen, de los papeles para todos a devoluciones en caliente.