En la capital catalana, miles de indignados han celebrado su segundo aniversario con una gran manifestación que ha empezado en un punto simbólico para ellos, la Plaza de Cataluña, el lugar que okuparon hace ahora dos años y que ha terminado en el Arco del Triunfo. Miles de personas se han echado a la calle para decir que hay que continuar luchando contra la injusticia social, apoyados por colectivos como la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, los 'yayoflautas' o los afectados por las preferentes.

La marcha ha desembocado a última hora en la okupación de un edificio deshabitado de cuatro plantas en la calle Sant Pere Més Baix de Barcelona, en el casco viejo de la ciudad. Los promotores de la okupación han ofrecido la vivienda a una familia con niños que había sido desahuciada de su hogar. La familia ha conseguido entrar en el edificio después de que se pudiera reabrir, a golpe de martillo, el acceso que había sido tapiado. Durante todo el fin de semana y hasta el miércoles 15 de mayo tendrán lugar en Barcelona diferentes asambleas, concentraciones y otros actos reivindicativos para rememorar el movimiento "indignado" surgido hace ahora dos años.

En Valencia, el movimiento 15M se ha hecho sentir en toda la ciudad. La manifestación ha partido desde cinco puntos diferentes y se han reunido en la Plaza del Ayuntamiento, donde se originaron las protestas hace dos años, pero sus reivindicaciones siguen siendo las mismas.

En Sevilla, cientos de ciudadanos se han unido a la manifestación, que ha recorrido las principales calles del centro de la ciudad en conmemoración del segundo aniversario de la plataforma 15M, y ha finalizado en la Plaza de la Encarnación, donde se celebrarán actividades hasta el próximo jueves.

Un grito de indignación ha vuelto a tomar las calles de Bilbao. Más de 100 personas han discurrido por la Gran Vía reivindicando la recuperación de las plazas como lugares de encuentro, donde todas las personas puedan reunirse para buscar soluciones a los problemas actuales.

En Pontevedra, el 15M se ha conmemorado con una pequeña concentración y una asamblea abierta. Los indignados dicen que "no hay nada que celebrar, y todavía mucho por lo que protestar". Aseguran que hacen un balance positivo, porque se ha conseguido llevar la política a la calle, y generar pensamiento crítico.