laSexta ha accedido a la imagen que pasará a la historia: el momento en el que los operarios trabajan para abrir la losa bajo la que estaba enterrado el fundador de la Falange José Antonio Primo de Rivera. Desde este lunes, sus restos ya no ocupan un lugar preeminente en la basílica del Valle de Cuelgamuros, donde llevababa enterrado los últimos 64 años.

El fundador de la Falange ha sido exhumado este lunes en una operación a puerta cerrada y sin la enorme expectación mediática que rodeó a la exhumación de Francisco Franco, hace ahora tres años y medio.

A pesar de la discreción que ha rodeado este traslado de los restos mortales, laSexta también ha podido acceder a las imágenes del momento en el que el ataúd del fundador de la Falange salía por la puerta principal de la basílica. El féretro ha ido acompañado de los monjes benedictinos y de la familia del fascista hasta que lo han introducido en un coche fúnebre que lo ha trasladado hasta su nueva ubicación.

Según ha podido saber laSexta, las tareas de exhumación de José Antonio Primo de Rivera se ha retrasado porque al retirar la losa, se han encontrado bloques de hormigón y de ladrillo, al contrario de lo que sucedió con la exhumación de Franco. La extracción del féretro de su emplazamiento en el altar mayor se ha llevado a cabo después de que la propia familia lo solicitarahace meses, y sin presencia de las autoridades o de la prensa, lejos del revuelo y la retransmisión en directo que recibió en su momento el traslado de los restos del dictador al cementerio de El Pardo.

Aunque el Gobierno confirmó el pasado jueves que la exhumación tendría lugar este lunes y defendió que se trata "un paso más en la resignificación" del antes conocido como Valle de los Caídos, el Ministerio de Presidencia evitó concretar a qué hora se produciría la extracción del féretro, que arrancaba a primera hora y para la que ha sido preciso retirar la losa de granito de 3.500 kilos que lo cubría.

Durante el proceso han estado presentes varios descendientes de Primo de Rivera, además de los operarios encargados de retirar la lápida, bajo la que descansaban sus restos desde 1959, cuando se inauguró el recinto. Tras un responso por parte del prior, se ha acometido su traslado hasta el madrileño cementerio de San Isidro, donde están enterrados otros familiares del falangista.

Concentración de falangistas

Ante el camposanto, custodiado por hasta ocho furgones de la Policía Nacional, se han concentrado unos 250 de falangistas para recibir los restos mortales y los agentes se han visto obligados a cargar contra ellos cuando han intentado alcanzar la comitiva.

El traslado ha coincidido además con el 120 aniversario del nacimiento del ideólogo fascista. Además de la concentración de hoy, está previsto que lleve a cabo otro homenaje en los próximos días en la nueva ubicación del cuerpo del también hijo del dictador Miguel Primo de Rivera.

El de este lunes supone el quinto entierro del fundador de Falange, fusilado en la cárcel de Alicante en 1936 y enterrado en una fosa común. Dos años después, sus restos mortales se colocaron en un nicho en el mismo lugar y, tras la guerra, fue exhumado de nuevo y trasladado a El Escorial.

Entonces, su ataúd fue acarreado a pie por falangistas durante 10 días, pasó por Aranjuez, recorrió la Gran Vía y entró en el monasterio de El Escorial el 30 de noviembre de 1939. Allí fue recibido por Franco y enterrado junto al altar mayor. Años después, en noviembre de 1959, cambió otra vez de ubicación, el día antes de que se inaugurase el Valle, y quedó enterrado allí en un lugar de honor.

La exhumación, que cumple con lo dispuesto en la Ley de Memoria Democrática promulgada el año pasado, había sido solicitada por la propia familia del falangista para cumplir con su voluntad de ser inhumado en un cementerio católico y no en uno civil, como es ahora el Valle en virtud de la citada norma. La misma prohíbe la presencia de restos mortales en ningún lugar "preeminente" del recinto, como era el caso de Primo de Rivera y, hasta 2019, del propio Franco.

Exhumar a las víctimas, la asignatura pendiente

Ahora, quedan pendientes de resolver las peticiones de exhumación de 118 víctimas de la Guerra Civil, cuyas familias llevan más tiempo esperando que la de Primo de Rivera, y que el Ejecutivo ha prometido llevar a cabo.

No es lo únic pendiente para resignificar el Valle de Cuelgamuros por completo, y es que allí sigue habiendo monjes benedictinos arropados por una cruz cristiana de 150 metros. Un lugar que supone la fosa común más grande del país, construida por presos políticos durante una dictadura militar y donde la figura del dictador sigue muy presente.