El ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha insistido en que el Gobierno calcula que a principios del año que viene, "o a finales de este si las cosas van muy bien", España dispondrá de una primera tanda de vacunas contra la COVID-19, si bien habrá que seguir "conviviendo" con el virus hasta mayo.

En una conferencia telemática organizada por la agencia barcelonesa Intermedia, el ministro ha augurado que las próximas cuatro semanas de noviembre serán "muy complicadas", y ha dibujado un horizonte de unos seis meses más, hasta mayo, de "convivencia" con el virus, hasta que la vacuna se haya suministrado a un grueso de la población.

En este sentido, ha apuntado que una vez que se empiecen a administrar las vacunas, aún se tardará entre tres y cuatro meses en lograr un conjunto de población inmunizada suficientemente grande que permite "entrar en una fase distinta". Según Illa, en el segundo trimestre del año que viene "la situación habrá cambiado sustancialmente", aunque ha reconocido la dificultad para hacer pronósticos y la "inestabilidad" que genera el virus y su capacidad de contagio.

El ministro ha destacado el esfuerzo de cooperación europeo para negociar y repartir equitativamente las vacunas, así como el compromiso de no administrar ninguna si no cumple estrictamente las condiciones de seguridad y eficacia.

"No se administrará una vacuna si no es segura y eficaz. Tenemos un marco regulatorio muy estricto y muy preciso. Es verdad que se ha ido muy rápido pero también es verdad que se han movilizado recursos como nunca hasta ahora se había hecho para lograr una vacuna", ha enfatizado Illa.

Sobre los contrarios a la vacuna, el ministro ha llamado a tener "una actitud firme contra los negacionistas y las personas con actitudes anticientíficas". "En este caso no estamos hablando de discusiones más o menos entretenidas sobre si el hombre llegó a la luna o si la tierra es plana. Estamos hablando de cuestiones que deben ser creídas y que afectan a la vida de las personas", ha subrayado.

Durante su intervención, el ministro ha reconocido el déficit de médicos que sufre el sistema sanitario español y ha señalado que durante los últimos 10 años no se han incrementado los recursos, una situación que, ha señalado, "debe corregirse".

Preguntado sobre la coordinación con las comunidades autónomas, Illa ha señalado que no existen correlación entre sistemas políticos y una mejor o peor gestión de la pandemia, y ha defendido que el marco institucional español "ha funcionado razonablemente bien", aunque ha reconocido que ha habido "algunos episodios evitables".