Siete menos cuarto de la mañana. Todavía es de noche en Madrid cuando Daniel Pérez Berlanga, un parado de Teruel, tumba un bolardo y estampa su Citroen Xantia contra la entrada de la sede del PP en Madrid. Varios agentes acuden con rapidez y al sacarle del vehículo. Según fuentes de la investigación, Pérez Berlanga, ataviado con un gorro, comienza a gritar que tiene mujer e hijos y que viaja con una bomba en el maletero.Aunque ninguna de las dos cosas son ciertas.
Efectivos de los Tedax comprueban que lo que lleva son dos bombonas de butano, gasoil, fertilizante y cerillas. Ignacio Cosidó, director General de la Policía explica que sería "muy difícil de explosionar".
Lo ha comprobado la policía a través de un robot de los artificieros. Es material explosivo, eso sí, sin preparar para ser detonado. Los dirigentes del Partido Popular han reaccionado cada uno a su manera. La Secretaria General leyendo una declaración institucional de "tranquilidad y sosiego". Esperanza Aguirre desdramatizando en la radio: "Lo que sí parece que está comprobado es que no ha sido el pequeño Nicolás". Y el nuevo portavoz parlamentario del PP señalando a algunos periodistas. Decía Hernando que hay "comunicadores que estimulan los bajos instintos".
La policía se ha llevado detenido al hombre hasta la comisaría de Moratalaz para prestar declaración. Una grúa ha retirado el coche empotrado y se ha reestablecido el tráfico y la circulación de la línea de metro que habían sido cortadas tras el ataque.