En la Ría de Vigo
La historia de la isla de San Simón: de campo de concentración durante la Guerra Civil a símbolo contra el olvido
¿Por qué es importante? En ese pequeño islote, miles de republicanos vivieron hacinados, con hambre y rodeados de ratas y pulgas; hoy se da un paso definitivo para transformar el lugar en un espacio de homenaje, memoria y justicia histórica.

Desde lejos, la isla de San Simón parece un paraíso: un pequeño islote en medio de la Ría de Vigo, rodeado de mar, tranquilidad y naturaleza. Hoy es un lugar de paseos silenciosos y fotografías bonitas, pero su paisaje esconde un pasado oscuro y casi olvidado. Durante la Guerra Civil y los años posteriores, San Simón fue un campo de concentración. Allí, miles de presos republicanos vivieron en condiciones infrahumanas, apenas comían, dormían hacinados y compartían sus días con ratas y pulgas.
Por esas paredes pasaron más de 5.000 personas. 500 no salieron vivas. Entre ellas estaba el abuelo de Manuel. "Mi padre nunca quiso volver aquí. Le prometieron que iba a ver a su padre antes de que lo fusilaran, y no lo dejaron", recuerda.
Enriqueta, cuya familia también sufrió el horror de la isla, recuerda que San Simón fue "un lugar de muerte, un lugar de tragedia. Los que no pudieron fusilar aquí, se murieron de hambre". Su padre sobrevivió, pero los recuerdos de aquellos días siguen vivos en los relatos de los supervivientes.
"Terrorífico, continuamente sacaban gente para matar", dice uno de ellos. Otro recuerda: "80 personas dormían en cada sala". El hacinamiento, el miedo constante y la deshumanización definían la vida en San Simón.
Con el tiempo, el lugar cayó en el olvido. Tras su cierre, la isla fue utilizada para fiestas, eventos y retiros de yoga, como si nada de aquello hubiera pasado. Pero hoy se da un paso definitivo: San Simón se convertirá en un espacio de memoria democrática, un lugar para honrar a quienes fueron presos y para recordar lo que ocurrió.
"La gente que estuvo aquí era la mejor gente que tenía nuestro país, la mejor gente", afirma Fernando Martínez López, secretario de Estado de Memoria Democrática, resaltando el valor de quienes resistieron.
Montse Fajardo, de Iniciativa Galega pola Memoria, advierte sobre la banalización del pasado: "Las actividades que se realizan en la isla que banalizan totalmente lo que fue esta isla no pueden repetirse".
San Simón será ahora un lugar de memoria, para que los nombres de quienes sufrieron allí no se pierdan y para que el horror que se vivió sirva como advertencia: solo recordando, podemos evitar que la historia se repita.