Se niega a dimitir
De hablar de "tres casos" a tildar a las víctimas de alarmistas: la falta de empatía de la consejera andaluza de Salud por los cribados de cáncer de mama
El contexto La consejera ha demostrado esta semana tener falta de empatía tras destaparse el escándalo de los cribados por el cáncer de mama. Lo negó todo, dijo que eran "cuatro casos" y ha demostrado poco tacto en sus reuniones con las víctimas: las ha acusado de crear alarma.

Resumen IA supervisado
La consejera de Salud y Consumo de Andalucía, Rocío Hernández Cobo, se niega a dimitir tras un escándalo sanitario, alegando que sería lo más fácil. Inicialmente, minimizó el problema, calificándolo de manipulación política y limitándolo a pocos casos. Sin embargo, la situación escaló cuando se descubrió que miles de mujeres podrían estar afectadas, lo que la obligó a reunirse con asociaciones y admitir fallos en los protocolos. Hernández Cobo ha sido criticada por su falta de empatía y por culpar a las afectadas de no haber alertado antes, generando controversia por su gestión del problema.
* Resumen supervisado por periodistas.
La responsable de Sanidad de la Junta de Andalucía, la consejera de Salud y Consumo, Rocío Hernández Cobo, insiste en que no piensa dimitir, dice que eso sería lo más fácil. Su estrategia ha sido manifiestamente mejorable: lo negó todo, dijo que eran "cuatro casos" y ha demostrado poco tacto en sus reuniones con las víctimas: las ha acusado de crear alarma.
En las primeras horas después de destaparse el escándalo, la consejera de salud reducía todo a una manipulación. "No vamos a entrar, no vamos a entrar en una politización, en una manipulación", llegó a decir Hernández Cobo.
De hecho, esa fue la tesis que defendió en las primeras entrevistas. "A mí me gustaría de verdad que lo que está ocurriendo en Andalucía con esta manipulación del Sistema Sanitario Público deje de hacerse", dijo el martes en una entrevista en la Cadena SER.
Desde la Consejería intentaban relativizarlo todo y hablaban de que era una cuestión que solo afectaba a "tres o cuatro casos". Algo que desató las críticas de la oposición, quien le echó en cara que no se trata de casos, sino de "vidas".
Pero esas mujeres que podrían estar afectadas pasaron a ser miles y no le quedó más remedio que reunirse con las asociaciones. Entonces ya pasó a hablar de fallos en el protocolo. "El problema lo hemos detectado en que no todas estas mujeres son informadas de ellos porque no está contemplado en los protocolos", dijo este jueves.
Esa negativa a asumir errores propios también se ha traducido en ataques a las afectadas. "A mí me habría gustado que desde la asociación se hubieran puesto en contacto con nosotros para decirnos estos casos para poder hacer el seguimiento de todo el proceso", señaló la consejera.
Les echaba la culpa de no haber avisado antes y este jueves en su reunión incluso llegó a acusarlas de alarmistas. "Nos trató a nosotras de alarmistas. Pero si es que esto es para alarmarse", ha denunciado este viernes en Al Rojo Vivo Ángela Claverol, Presidenta Asociación AMAMA. Una falta de empatía, que choca con su mensaje de hace un año, en el que reconocía que el diagnóstico temprano es esencial.
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