Existen muchas muestras de cómo en el PSOE siempre han convivido distintas sensibilidades, como cuando Felipe González mantenía las manos sobre el regazo mientras sus compañeros cantaban 'La Internacional' puño en alto.

Incluso se han producido enfrentamientos muy sonados entre distintas familias. La contienda entre guerristas y renovadores de los 90 vivió episodios de mucha tensión, como cuando los primeros votaron en contra de Solchaga como presidente del grupo parlamentario.

En 1998, Josep Borrell gana las primarias al secretario general Joaquín Almunia. Pero la dirección del partido no le respalda, y dimite un año después cuando salta un escándalo que afecta a dos antiguos colaboradores suyos.

Pero nunca un enfrentamiento entre familias había desembocado en lo que se ha vivido con Pedro Sánchez. Dos bandos en guerra a muerte en la que ambos proclaman su legitimidad para dirigir el partido y que amezan con llevarse al PSOE por delante.