Un grupo de hosteleros se ha concentrado frente al centro de salud de la localidad de residencia del presidente cántabro, Miguel Ángel Revilla, donde se vacunaba hoy, para increparle por las nuevas restricciones al sector de cara a evitar los contagios del coronavirus.
Los cerca de veinte profesionales de hostelería que se han reunido a las puertas del centro de salud, ya antes de que llegara el presidente, han impedido a Revilla hablar con los medios de comunicación que le esperaban a la salida, después de vacunarse, ya que al interior no han podido acceder los periodistas por problemas de espacio.
En el exterior del centro de salud tras recibir su vacuna, Revilla ha pedido calma a los hosteleros, pero estos no han atendido su solicitud y han seguido gritando "fuera" al presidente cántabro o "Viva Ayuso y más Ayuso", en referencia a la jefa del Ejecutivo de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
Ante la insistencia de las protestas y los gritos, los responsables de Comunicación del Gobierno cántabro han trasladado las las declaraciones del presidente regional a la sede del Ejecutivo. Después, Revilla pedía disculpas por las protestas , a la vez que reconocía que "hay crispación" y que la "situación es muy dura para mucha gente". No obstante, ha insistido también en que están siguiendo las recomendaciones de los expertos y que cuando los datos son malos hay que "reducir movimiento y hacer determinados cierres". "No hay otra opción", ha añadido.
Revilla llegaba puntual al centro de salud de su localidad de residencia para recibir su vacuna contra el COVID-19 al estar en el grupo de 70 a 79 años (tiene 78), y ya, en ese momento, los hosteleros gritaban contra las decisiones del Gobierno regional en el exterior.
A partir de este miércoles, el Gobierno cántabro aplicará un nuevo cierre del interior de la hostelería regional y la reducción de aforos en el deporte, la cultura y las ceremonias, debido a que Cantabria ha vuelto al nivel de alto riesgo de contagios por coronavirus.