En su primera declaración ante el juez, Marjaliza ya dijo que era completamente verosímil que Granados ocultara dinero en la casa de sus suegros, dinero que finalmente apareció en el famoso altillo ante la incredulidad de los padres de la esposa de Francisco Granados: "No creo que sean tan retorcidos para ponerme… yo pienso que ni mi yerno ni mi hija sean capaces de hacerme una faena", aseguraba Juan Alarcón, el suegro de Granados.
Casi un millón de euros repartidos en billetes de 500, 200 y 100 del que aseguran no saber nada. Cuando el juez preguntó a Catalina Castellanos, suegra de Granados, por cuánto gana al mes ella respondía que "ni si quiera tiene pensión" y que solo vive de la pensión de su marido, quien gana "1.000 y algo".
A pesar de presumir de tener una gran amistad, las declaraciones de Marjaliza han sido claves para estrechar el cerco en torno Francisco Granados. Una amistad que parece solo se basaba en los negocios y que según los mails que aporta el sumario tenía serios altibajos: "A mí me enseñaron de pequeñito que cuando te hacen un favor a alguien lo primero es dar gracias" o "los dos sabemos la escasa importancia que le he dado siempre al dinero" son parte de esos mails.
Este extenso sumario también deja ver como el juez Eloy Velasco tiene indicios como para pensar que el exalcalde de Valdemoro ingresaba grandes cantidades de dinero de manera ilícita. La compra de 30 naves por un valor de 400.000 euros sin tener crédito suficiente es sus cuentas es uno de ellos.
Tanto el juez como la Fiscalía creen que puede tener dinero oculto "en cajas y escondrijos", y que parte de los beneficios que sacaban los cabecillas de la trama, terminaba en cuentas suizas.