Esperanza Aguirre ya llevaba varios años de Gobierno cuando, según Granados, Tamayo fue a reclamar lo suyo: "Que él quiere una compensación económica porque no ha conseguido lo que supuestamente se había pactado".

Una compensación por frustrar la investidura de Simancas y un gobierno de izquierdas en la comunidad de Madrid: "Algún millón, alguno más de dos y menos de cinco".

La versión de Granados es que inmediatamente fue a contarle esa conversación a la presidenta Esperanza Aguirre: "Se la conté a Esperanza y me dijo que no sabía nada de aquello. Y a este señor le dije que nada de nada".

Versión que exculpa a su exjefa y mentora pero que apunta sin embargo hacia otro lado: "En el PP mandaban otros, solo hay que tirar de hemeroteca". De aquél escándalo han pasado 14 años.

Y hoy sigue sin aclararse a cambio de qué Tamayo y su compañera Sáez se ausentaron de aquella votación en la que no solo traicionaron a su partido. Con su oscura maniobra consiguieron una repetición de elecciones que acabó dándole el poder a Esperanza Aguirre.