La decisión del presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, de destituir a su vicepresidente, de Junts per Catalunya (JxCat), agrava la crisis política en el Ejecutivo catalán y hace que la estabilidad del propio Govern penda de un hilo y lo coloque al borde de la ruptura, a la espera de que los posconvergentes decidan este jueves si nombran a un nuevo consejero de Políticas digitales o salen en tromba de la coalición.

Aragonès anunció anoche la destitución del vicepresidente del Govern y conseller de Políticas Digitales y Territorio, Jordi Puigneró, alegando una "importante pérdida de confianza" ya que no informó con antelación al president de la amenaza de Junts de pedirle que se someta a una cuestión de confianza.

"Deseo que Junts continúe formando parte del Govern", dijo anoche Aragonès, que en este momento no tiene la certeza de si su decisión provocará o no la dimisión en bloque de los consellers de JxCat.

Junts había convocado para última hora de esta tarde una reunión extraordinaria de su dirección, aunque finalmente ha sido aplazada a este jueves a primera hora. La plana mayor de JxCat -Laura Borràs, Jordi Turull, Albert Batet y Josep Rius- ha abandonado con caras largas el Palau de la Generalitat poco antes de la comparecencia nocturna de Aragonès, sin hacer declaraciones ni dar ninguna pista sobre su siguiente paso.

"Un error histórico"

Pasada la medianoche, JxCat ha emitido un comunicado donde alerta del "error histórico" que supone el cese del vicepresidente, porque "pone en peligro" la continuidad del proyecto independentista, y da a entender que la situación es ya insostenible, aunque no confirma aún su salida del Govern.

La incógnita de JxCat se debe a que, al menos hasta hoy, ha habido un intenso debate interno, entre partidarios de seguir en el Govern -el grueso de los consellers así lo sostiene- y sectores importantes -entre ellos el entorno de Borràs pero también de Carles Puigdemont, según diversas fuentes de Junts- que defienden pasar a la oposición.

Turull, hombre fuerte del partido y que antes del verano era firme partidario de seguir en el Govern, ha ido matizando su posición, de manera que defiende mantener la coalición pero no a cualquier precio, a la espera de que ERC se comprometa a cumplir tres puntos del acuerdo de legislatura que JxCat ve claves: reactivación de un Estado Mayor del procés, unidad en Madrid y negociación de amnistía y autodeterminación en la mesa de diálogo con el Estado.

En la reunión extraordinaria del Govern, entre cinco y siete de la tarde, Aragonès ha reprochado a Puigneró lo que fuentes de ERC tildan de "deslealtad" intolerable y le ha recordado que él sí informó al vicepresidente y a Turull, en los últimos días, de su intención de proponer un referéndum pactado con el Estado a través de un "acuerdo de claridad", la llamada vía canadiense.

Todos los consejeros ponen su cargo a disposición

Todos los consellers de JxCat han puesto su cargo "a disposición" de lo que decida el partido. Así lo ha explicado en declaraciones a RAC1 el secretario general de JxCat, Jordi Turull, que ha advertido de que en Junts se sienten "bastante expulsados del Govern".

La dirección de JxCat sigue debatiendo desde primera hora de la mañana de este jueves los escenarios posibles a partir de ahora, que pasan por salir en bloque del Govern y pasar a la oposición o proponer un nuevo nombre para sustituir a Puigneró en el puesto que ha dejado vacante, con la posibilidad de convocar una consulta a la militancia para decidirlo.

Tras la destitución de Puigneró, sigue habiendo seis consellers escogidos por JxCat: Jaume Giró (Economía y Hacienda), Victòria Alsina (Acción Exterior y Gobierno Abierto), Gemma Geis (Investigación y Universidades), Josep Maria Argimon (Salud), Violant Cervera (Derechos Sociales) y Lourdes Ciuró (Justicia)