Gonzalo Urquijo, el arquitecto que reformó la sede del PP, se marchaba de la Audiencia Nacional igual que llegó, tapado con un casco y sin convencer al juez Pablo Ruz. El juez tiene en su mesa correos electrónicos que probarían los apaños que Urquijo y el Partido Popular habrían hecho para "cuadrar sus cuentas".

En un correo de Gonzalo Urquijo al entonces gerente del PP, Cristóbal Páez, el arquitecto le pregunta si una parte del pago de una obra se la puede abonar en los sótanos de Génova. No parece que ahí hubiera ni cheque, ni transferencia bancaria.

Urquijo aseguró ante el juez Ruz que todos los recibís los firmó a petición del partido con el objetivo de garantizarse el cobro. "Hacía siempre lo que me pedía el PP", le dijo al juez.

Gonzalo Urquijo se convirtió en el arquitecto de cabecera del partido. La confianza era tal que hasta se inventó un presupuesto ficticio para el cuñado de Bárcenas, el exjefe de Seguridad. Algo más de 100.000 euros para que Luis de la Fuente pudiera pedir una ampliación de su hipoteca.