La consejera de Desarrollo Económico y Competitividad, Arantza Tapia, ha anunciado que la Estrategia Vasca de Energía 2016-2030 recoge la renuncia del Gobierno Vasco a utilizar el 'fracking' para extraer gas porque a "día de hoy" no hay garantías de que esta técnica sea respetuosa con el medio ambiente.
La estrategia contiene medidas con el objetivo de alcanzar el "consumo cero de petróleo para usos usos energéticos" en el año 2050; con las energías renovables como principal fuente de suministro energético y con el gas natural como energía de transición. Tapia ha adelantado que para la extracción del gas natural el Ejecutivo autonómico "renuncia" al uso de técnicas no convencionales como el 'fracking'.
La consejera ha insistido en que van a usar "única y exclusivamente técnicas convencionales en exploraciones y posibles explotaciones de gas natural como hasta ahora" y que esta decisión no implica una pérdida económica.
Tapia ha declarado que las líneas de actuación son clave para avanzar hacia un modelo energético más sostenible en la eficiencia energética y las energías renovables. Las inversiones para lograrlo tendrían un valor de 4.930 millones de euros, de los cuáles 920 provendrían de fondos públicos.
La apuesta por las renovables se traduce en que el Gobierno Vasco planea alcanzar en 2030 una cuota de esta fuente de energía en consumo final del 21% y que llegue al 40% en 2050.También ha subrayado que la administración pública debe dar ejemplo con la reducción del consumo energético en sus edificios en un 25% en 10 años, con la implantación de instalaciones de aprovechamiento de energías renovables en el 25% de sus inmuebles, y con la incorporación de vehículos alternativos en su parque móvil y de servicio público.
El Gobierno de Iñigo Urkullu, se plantea de cara al servicio público alcanzar una cuota del 25% de energías alternativas. Además, la consejera ha considerado la posibilidad de frenar el cambio climático con la reducción de tres megatones anuales de efecto invernadero lo que supondría la reducción en al menos un 40% en 2030 respecto al año 2005.