Por primera vez se pone cifra al espionaje al extesorero del PP Luis Bárcenas. Según se desprende de información todavía calificada como secreta, a la que ha tenido acceso 'Cadena Ser', el Gobierno del PP habría gastado medio millón de euros de fondos reservados del Estado.

El Ministerio de Interior, entonces a cargo de Jorge Fernández Díaz, habría destinado esos 500.000 euros entre 2013 y 2015 a la llamada operación Kitchen, en la que está recogido el supuesto espionaje del excomisario Villarejo al extesorero del PP para intentar recuperar y destruir pruebas que comprometieran a la cúpula del partido con la financiación ilegal.

Este pago fue aprobado, supuestamente, por quien entonces era secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, que actualmente está imputado en la causa por los presuntos delitos de prevaricación, malversación y revelación de secretos.

Parte de esos fondos se utilizó para pagar al exchófer de Bárcenas

Parte de esos fondos fue destinado a sobornar a Sergio Ríos, el exchófer de Luis Bárcenas, para que colocara cámaras y micrófonos en el domicilio en el que el extesorero guardaba documentación relativa al caso, así como para los seguimientos a la familia y empleados del hogar. Este dinero, según los investigadores, también se utilizó para pagar al falso cura que secuestró al hijo y a la mujer de Bárcenas en su propia casa.

Este operativo, supuestamente, solo era conocido por "el poder político y un pequeño grupo de agentes, liderados por el exdirector Adjunto Operativo de la Policía Nacional, Eugenio Pino", recoge 'Cadena Ser'. La mayoría de agentes que participaron en el dispositivo pensaban que se trataba de una investigación de la Audiencia Nacional.

En relación a esta información, Francisco Martínez ha negado que autorizara el pago para financiar la operación de espionaje. "Los hechos que se atribuyen a mi persona son radicalmente falsos", ha señalado en un comunicado.